Tips para elegir una buena residencia/guardería canina
Lo primero que tengo claro es que yo no dejaría a mis perros en una residencia/guardería con jaulas. Creo que no hay nada que sea más opuesto a vivir en una casa con personas que estar encerrado en una jaula de cemento con barrotes (o cristal), solo. No voy a explicaros los motivos por los que yo no dejaría a mis perros en una jaula, tal vez en otro post. Ahora quiero ayudaros a aquellos que buscáis una residencia o guardería sin jaulas, a elegir una adecuada para vuestro perro.
Como os comentaba en este otro post, si no podemos llevarnos a nuestro perro con nosotros tenemos 3 opciones: que alguien venga a nuestra casa a cuidarlo; que un conocido de confianza cuide de él en su casa, o buscar una buena residencia canina. En este post quiero contaros qué cosas tengo en cuenta para elegir una buena residencia.
First thing, sin jaulas, ya lo he dejado hiper-mega-claro :)
Segundo, el trato de los cuidadores hacia los perros (y las personas, ¡lo doy por sentado!). Siempre busco que sea un trato respetuoso y amable. ¿Qué quiere decir esto? Que si en las visitas previas a la residencia veo que los cuidadores usan la fuerza o el miedo para controlar a los perros, salgo de allí pitando. Si voy a pagar por un servicio profesional, exijo que los trabajadores tengan unos conocimientos mínimos. En mi caso, esos conocimientos mínimos serían conocer el lenguaje de los perros, saber cómo evitar conflictos entre perros, entender sus necesidades básicas (dependiendo también de su edad y características), y tener herramientas para hacer que los peludos se sientan cómodos, no tengan miedo, y puedan rebajar el estrés que tengan. Suena muy complicado, pero hoy en día hay muchas residencias (¡menos mal!) que superan estos conocimientos mínimos, y por precios no muy dispares de los de aquellas residencias no tan profesionales. Si no tienes claro cómo comprobar que la residencia que estás valorando cumple con esto, pide ayuda y/o consejo a un profesional del mundo canino de confianza (ya sabes, de estos que no usan ni la fuerza ni el miedo sino la empatía y el refuerzo positivo). Si no conoces a ninguno, escríbeme e intentaré echarte una mano :)
Lo siguiente que considero imprescindible es que la residencia me de confianza. Debe tener un seguro que me garantice que cualquier daño que pueda sufrir mi perro estando bajo su responsabilidad, es sobre el papel responsabilidad suya. Si mi perro se hace un corte, contrae alguna enfermedad contagiosa, o es mordido por otro perro, la residencia debe cubrir los gastos veterinarios. Igualmente, si mi perro agrediera a otro perro o a alguna persona, también deben de asumir ellos la responsabilidad. Ellos son los profesionales y deciden a qué perros aceptan. Esto es muy importante porque para que una residencia no tenga jaulas, los perros deben estar juntos, aunque no tiene por qué ser las 24h del día. Me gustan mucho las residencias que tienen el terreno dividido en diferentes espacios para que sea posible separar a los perros. Aunque un perro sea sociable, eso no significa que no pueda tener problemas. Ponte en su situación. A mí no me gustaría estar todo el día rodeada de desconocidos, dormir y comer con ellos, aguantarlos si son maleducados, o si hacen mucho ruido... o simplemente a veces estoy de mala leche, o estresada, y juntarme con otras personas significaría pagar mu frutración con ellos. Un buen profesional debe ser consciente de esto y tener herramientas para manejar a los perros a los que cuida según su carácter y estado emocional.
Dentro del apartado de confianza, también me gusta que la residencia no solo me permita, sino que me invite, a ir con mi perro a conocerla antes de tener que dejarlo allí durante mi ausencia. Me gusta que los trabajadores se esfuercen por conocerlo y por establecer una buena relación con él antes de su estancia. Lo ideal es que te soliciten mediante un pequeño cuestionario detalles sobre el comportamiento e historial veterinario de tu perro. También es bueno que puedas dejarlo una tarde, una mañana o un día entero allí a modo de prueba.
Otra cosa que valoro mucho en una residencia es que mantengan el contacto conmigo, mandando de vez en cuando alguna foto o vídeo para que pueda comprobar que mi perro está bien. No necesito una web cam las 24h del día, pero un detalle para estar tranquila me viene fenomenal.
Me gusta y me tranquiliza que sean capaces de responder a todas mis preguntas. Para ellos tu perro es un perro más del que tienen que cuidar, pero para ti es TU perro, y como buenos profesionales deben asegurarse de que te quedes tranquilo al dejarlo con ellos. Eso en parte se consigue respondiendo a todas tus preguntas.
Si la residencia tiene terreno y por este motivo los perros no salen de paseo, es importante que la residencia organice actividades de estimulación física y mental adaptadas a las necesidades de los perros. Si se aburren como ostras, habrá problemas. Que hagan juegos de olfato, circuitos de obstáculos, etc. es algo muy positivo. Por muy grande que sea el jardín, deja de ser estimulante cuando el perro está ahí las 24h. Por eso lo ideal es que aunque tengan terreno los perros hagan al menos un paseo al día.
Otros aspectos de las residencias que hay que tener en cuenta son la higiene y la limpieza. ¿Por qué? Garrapatas, pulgas, enfermedades contagiosas como la tos de las perreras... Cuando juntas perros de diferentes familias y en un entorno donde puede haber parásitos, hay que extremar las precauciones. Fíjate en que la residencia parezca higiénica. Si no te preguntan por los métodos que utilizas para mantener a tu perro libre de parásitos (las pastillas de desparasitación interna, las pipetas o collar para los parásitos externos...), pregunta tú. Asegúrate de que tienen un método para controlar la salud de los perros que admiten. Como mínimo tienen que exigir la cartilla de los perros y comprobar que están al día con las vacunas básicas.
Como veis hay muchos factores a tener en cuenta, por eso es más sencillo buscar una persona de confianza que cuide de tu perro en tu casa o en la suya. Pero hay veces en las que eso no es posible. Aun teniendo todos estos puntos en cuenta es posible que no aciertes al elegir residencia. Hay algunas cosas que es complicado valorar, como la capacidad y competencia de los cuidadores a la hora de manejar a los perros. Pregunta a tus conocidos y a profesionales de confianza. Es posible que ellos ya tengan una buena residencia en su lista de contactos. Aunque recuerda, lo mejor para tu perro puede no ser lo mejor para otro perro.
Espero que con estos consejos podáis encontrar una buena residencia para dejar a vuestro peludo cuando lo necesitéis. Si es así, ¡nos gustaría saber de ella!